Abogado, en el Derecho Administrativo tal vez esté tu nicho

El estado económico actual de la abogacía es deprimente. Para nadie es un secreto que muchos egresados de la carrera se pelean por las sobras. Que la práctica profesional se ha vuelto una commodity y que las riquezas prometidas no llegan. Pero, ¿por qué deberían de llegar? Si al final de cuentas, la mayoría de los abogados se aglutinan en torno a las mismas materias de siempre como lo son: civil, familiar, mercantil, penal y laboral.

Hay muchas razones para tal hacinamiento. Sin embargo, a mi juicio la más importante surge a partir de la educación profesional donde la currícula universitaria se enfoca en las materias tradicionales de la abogacía, mientras que ningunea al Derecho Administrativo. Área que, paradójicamente, es la de mayor regulación en nuestro país y, por ende, cuenta con un sinfín de mercados poco explorados por los abogados postulantes.

Y sostengo que existe un desprecio por el Derecho Administrativo en México, por el hecho de que en casi todas las facultades de Derecho de nuestro país, con suerte a los alumnos de Derecho se les imparte un curso de tal materia donde, de forma muy sucinta y desordenada, se habla del acto administrativo, procedimiento administrativo, formas de organización administrativa. En suma, de generalidades de la materia.

Con un sólo curso así tan general es natural que la materia les pase de largo a los estudiantes y no conciban que, esa teoría puede servirles para abrirse paso por legislaciones poco competidas en el mercado de los servicios legales acorde al lugar donde residan o, por qué no, en áreas del conocimiento de interés del abogado postulante que ameriten una regulación.

Y es que las bondades del Derecho Administrativo estriba en el hecho de que permite al abogado postulante combinar pasiones e intereses económicos, porque casi toda la actividad del ser humano está regulada por una ley, reglamento o norma general donde tenga que hacerse uso de la Teoría General del Derecho Administrativo y, de mayor importancia, de los medios de impugnación administrativos.

En ese sentido, materias como el transporte, pesca, ecología, migración, energía, construcción, deportes, educación, salud, seguridad privada, etcétera, cuentan con una regulación y mercado propio pero, que por ofuscación del abogado postulante, no las ve ni las estudia. Por ende, hay mercados de servicios legales con demanda que no están atendidos por la abogacía y que, de hacerlo, podría ser una de las soluciones para reducir su precariedad económica. Amén de servirle a los más ‘olvidados’.

Cierto. Hoy en día ya se anuncian con bombo y platillo cursos y diplomados sobre áreas del Derecho que se litigan con base a la Teoría General del Derecho Administrativo, como son el derecho energético, ambiental, migratorio, ‘minero’, de competencia económica, financiero, etcétera. Materias que en cierto sentido los doctrinarios han delimitado su ‘objeto de estudio’ y que por tanto se ofertan como un área ‘autónoma’ del derecho público.

No obstante, lo que poco se dice es que tales materias—y las que estén por venir— son especies del Derecho Administrativo que si adquirieron importancia en nuestro sistema jurídico fue o por la actividad económica que regula, o por su actividad sensible a la luz de los derechos humanos. Y es que mientras exista una actividad en donde intervenga la administración pública, habrán reglas hasta cierto punto comunes para que el abogado postulante se desempeñe con certeza y, de mayor importancia, un nicho que los prestadores de servicios legales no están satisfaciendo.

Desde luego, no toda materia regulada por la ley puede tratarse de manera aislada. Así, aun y cuando en una materia pueda adquirir un cariz penal, laboral, mercantil, etcétera; eso no hace que el quid de su litigio no se halle en el Derecho Administrativo, si debe intervenir la administración pública para emitir un acto administrativo. Al final de cuentas, ¿qué área de la dogmática jurídica puede litigarse de forma aislada? Ninguna.

Una vez expuesto esto, en los siguientes apartados me permitiré explorar un poco más sobre por qué hay nichos inexplorados en el Derecho los cuales se tramitan e impugnan con base a la Teoría General del Derecho Administrativo. Apartados que son: 1) cómo encontrar tu nicho en el Derecho Administrativo y 2) por qué debes especializarte en torno a una o dos áreas.

A mi juicio, hay dos formas en que los abogados postulantes pueden encontrar un nicho en el Derecho administrativo, a saber: 1) el abogado que quiera perseguir una pasión en un área del conocimiento ajena al Derecho pero que esté regulada, o bien, 2) quien simplemente esté cansado de las materias tradicionales y base su práctica privada en una actividad económica preponderante dentro de su comunidad.

En el primer caso, sólo basta con reflexionar cuál es el interés del abogado postulante. ¿La salud? ¿Educación? ¿Medio ambiente? ¿La ganadería? ¿El urbanismo? ¿El transporte? ¿Armas? ¿Vida castrense? Una vez hecho el ejercicio de introspección, bastará con que el abogado postulante se empape de la regulación de la materia, a partir de la lectura de leyes, reglamentos, decretos, manuales, sentencias, entre otros.

Con ese estudio preliminar, el abogado postulante sabrá dónde está parado y, de mayor importancia, qué actos administrativos son necesarios (como permisos, licencias, autorizaciones, concesiones) para desempeñar la actividad de su interés, así cómo cuáles son los requisitos para obtenerlo y, por ende, poder brindar la consultoría en ese sentido. Desde luego, teniendo en mente las formas de impugnar determinaciones de la autoridad.

Estudio que ahora es más sencillo y palpable, en virtud de que la mayoría de las sentencias que se emitan en materia administrativa son públicas. Por ende, hoy en día puedes estudiar resoluciones de juicios de amparo sobre la materia que te interese en la página del Consejo de la Judicatura Federal al buscar las sentencias en versión pública que deriven de los amparos directo, indirecto, en revisión, quejas, reclamaciones etcétera que sean de tu interés.

Lo mismo sucede al acudir al portal de sentencias del Tribunal Federal de Justicia Administrativa donde cuenta con resoluciones de tribunales especializados en materias como: medio ambiente, propiedad intelectual, comercio exterior, pensiones, responsabilidades del Estado y de los servidores públicos, fiscal y aduanera, etcétera que también son públicas. Ya no hay pretextos.

Por lo que ahora, el abogado postulante no tiene excusa para individualizar en el caso concreto lo aprendido con la lectura seca de la ‘ley’, si ya puede estudiar con facilidad cómo se tramitan y resuelven los casos sobre la materia que eligió como especialización. Basta pues, un poco de voluntad, estudio y esfuerzo para volverse un ‘experto’ en una actividad regulada por leyes, reglamentos, normas generales, etcétera.

Desde luego, una vez estudiada la materia a profundidad tocaría el turno de darse a conocer como un experto en ella e ir abriéndote paso por un mercado poco conocido. Para esto, toca hacer uso de todas las herramientas del marketing jurídico. No obstante, te seré franco. Muchas veces toca educar incluso al propio consumidor de ese mercado, ya que puede que ni siquiera esté enterado que la materia que él práctica está regulada por las leyes. Ni hablar, a trabajar.

Por cuanto hace al segundo aspecto, otra forma de encontrar tu nicho es simplemente sopesar qué actividad económica está floreciendo en tu comunidad y está sin o con insuficiente atención; descartando, desde luego, las que sean inviables por el ambiente natural de la zona o que irremediablemente no te interesen. El chiste, en todo caso, es encontrar tu vaca púrpura—derivado del libro de Seth Godin del cual recomiendo— en tu comunidad.

Por ejemplo, el quien escribe presta sus servicios en Ciudad Juárez, Chihuahua un lugar desértico, por lo que para mí sería un absurdo que quisiera adentrarme a los aspectos administrativos y mercantiles del Derecho Marítimo. ¿Dónde está el mar en Chihuahua? Sólo podría dedicarme a tal área si estuviera dispuesto a trasladarme a zonas marítimas para reunirme con clientes. Y claro, si ese rubro fuera mi pasión para haberlo elegido con base al criterio primero que comenté.

En consecuencia, el abogado postulante debe reflexionar sobre su comunidad. Qué actividades económicas descuellan y cómo podría ayudar a las personas interesadas en tales actividades con la autoridad administrativa. De hacerlo, encontrará un nicho poco competido y lo hará redituable para él, así como si tiene suerte de ser de los pocos involucrados legalmente en el área, será visto como una autoridad obligada para consulta.

Finalmente, si sucede lo que predijo Richard Susskind en su libro Tomorrow’s lawyers an introduction to your future, es decir, que se pondrán atender juicios completamente en línea donde peritos, testigos, abogados, jueces y hasta las partes se encuentren en ubicaciones distintas. Entonces este segundo supuesto perderá su razón de ser y podremos adentrarnos en materias con actividades económicamente atractivas en donde sea.

No obstante, la justicia digital en México todavía está en ciernes, por lo que este segundo criterio de especialización se mantendrá vigente, por lo menos, en una o dos décadas. Por consecuencia, todavía estás a tiempo de aprovecharse de aquellos nichos legales con poca competencia y alto ‘retorno de inversión’, así que observa bien tu ciudad y estado y adéntrate donde pocos o ningún despacho de abogados han puesto la mira.

Una vez que hayas analizado las ventajas de especializarte en el Derecho Administrativo, probablemente deducirás que la cosa no puede quedar ahí. Y es que, como ya he manifestado, son tantas las leyes, reglamentos, decretos, normas, etcétera que regulan un sinfín de actividades que es prácticamente imposible que un abogado postulante puede litigarlas todas de forma estable y eficiente.

Lo anterior acontece porque de la regulación de cuenta, encontrarás muchos términos extraídos de otras áreas del conocimiento que dificultarán el dominio de la materia, por lo que hay que irlos aprendiendo poco a poco e ir echando mano de libros ‘técnicos’ sobre la materia. De tal suerte que no se podrá realmente ser un experto en derecho ecológico, de competencia económica, transporte, etc., sin pagar el precio de conocer sus aspectos técnicos, aun de la manera más rudimentaria.

Sin embargo, al hacer este esfuerzo permitirá al abogado postulante gestionar los actos administrativos de forma más segura y eficiente y, de mayor entidad, de impugnar resoluciones adversas emitidas por la autoridad administrativa o todavía de mayor entidad, impugnar normas generales sobre la materia de su especialidad. El quid de lo que te digo es que los rudimentos de la Teoría General del Derecho Administrativo son insuficientes ante ciertas materias concretas.

Además, no todo el trabajo del abogado postulante sopesa sobre sus hombros. Como en todo asunto, a veces habrá que echar mano de los ‘auxiliares jurídicos’ como lo son los peritos. Entonces, al especializarte en materias concretas te será más fácil colaborar con peritos ya conocidos, sin necesidad de batallar en encontrar a uno cada vez que tomes un asunto de otra materia, lo cual pueda hacerte perder tiempo valioso.

Lo anterior es importante, porque tal y como detallé en la entrada El abogado postulante como mercader de resultados los abogados postulantes estamos limitados acorde a los plazos establecidos en la ley. Por fortuna, en materia administrativa casi siempre tenemos 30 días hábiles para presentar algún recurso o demanda, empero, tal extensión de tiempo se debe, desde luego, a la complejidad del Derecho Administrativo.

Por otro lado, no podemos negar el hecho de que las capacidades humanas son asombrosas, pero limitadas. También, que a diferencia de las materias tradicionales que ya mencioné, en donde con un poco de experiencia quedan en tu memoria artículos, atajos procesales y demás habilidades que te hacen sentir seguros en una materia concreta, lamento decirse que en el Derecho Administrativo esto no será el casi si no te especializas.

Sostengo lo que antecede, porque las actividades que regulan el Derecho Administrativo son tan cambiantes, que su regulación seguirá el ejemplo. Además, son tantos los ordenamientos que hay que estudiar que probablemente tardes más en dominarlos que el legislador o el Poder Ejecutivo en modificarlo. Por lo que, además de esto, sería una locura involucrarse en cualquier asunto de la administración pública. No alcanzaría la capacidad.

Ante esto, lo mejor es estudiar a fondo aquellas materias que o realmente te gusten o sí tengan un mercado sólido en tu comunidad, porque difícilmente podrás tener un buen rendimiento de pasar de un asunto de transporte, a medio ambiente, luego a telecomunicaciones y posteriormente de propiedad intelectual. Sí, no niego que con una teoría sólida se puede hacer un buen trabajo. Mejor que muchos. Sin embargo, el desgaste pasará factura y además es poco ético para los clientes el no conocer los pormenores de las materias que se litigan.

Por último, si necesitas otro aliciente para especializarte, piensa en que los verdaderos expertos en cualquier área del conocimiento, además de ser respetados por la comunidad, obtienen mayores ingresos porque naturalmente son más solicitados para resolver problemas. Por tanto, ese distintivo elevará tu marca personal y todavía hará más atractivo económicamente tu nicho. Por ende, no cometas el error de ser aprendiz de todo, pero maestro de nada. Tu bolsillo te lo agradecerá.

Por Omar Gómez

Abogado postulante en materias fiscal y administrativa

Socio en beLegal abogados sociedad civil

Abogados en Ciudad Juárez, Chihuahua, México

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Contáctame en omar.gomez@belegalabogados.mx

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